sábado, 7 de marzo de 2015

Amor.

 Sentí cómo la energía recorre todo tu cuerpo. Cada rincón. Invadiéndolo todo. Porque es todo energía. No hay espacios libres. Tu cuerpo es energía que fluye, en movimiento. Transformándose constantemente...Sentí como ingresa. Recorriéndolo todo.
 Y aquello que liberamos no se pierde. Es recibido por todos...por todo. Cada persona, cada árbol, cada animal, cada río, cada roca. Llega hasta las estrellas y mucho más.
 Si sos amor, liberás amor. Si sos paz, liberás paz. Consciente o inconscientemente. Voluntaria o involuntariamente. Es recibido por todo.
 Así mismo si recibimos amor, nuestro amor se potencia, se fortalece, el corazón ríe. Si recibimos ira, miedo, nuestro amor recibe una alarma. Se debilita o transforma esa energía  llenándola de luz, potenciándolo aún más que antes. Crece. Evoluciona.
 Tocar el corazón de alguien, plantar una ínfima semilla de luz para fortalecer su amor. Para transformar su miedo en amor. Eso es magia. Ver que yo soy vos y que vos sos yo. Y que si puedo tocar mi alma también puedo tocar la tuya, la nuestra.
 Sentir los ríos en tus venas, la tierra en tu cuerpo, el viento en tus pulmones, el sol en el pecho. Eso es amor. Sentir la lluvia mezclarse con una lágrima que rueda por la mejilla, los últimos destellos del atardecer en el corazón. Un pájaro cantando en cada latido del cuerpo, en cada latido de la tierra. La luna en los ojos y dirigiendo un sentido. La nada en el todo y el todo en la nada. Amor, todo amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario